Mariano Alcañiz Turégano [CU-2236]


Mariano Alcañiz Turégano (de profesión chófer)
era natural de Cuenca.

Prisión


Otros datos que tenemos de Mariano son:

Edad: 
39
Sexo: 
Hombre
Estado civil: 
Casado/a
Residencia: 
Cuenca
Partido: 
PSOE
Filiación sindical: 
UGT
Cargo público: 
Secretario habilitado del Sindicato de Obreros del Transporte mecánico de Cuenca-UGT
Actividad en la guerra: 
Teniente del Servicio de Tren y, posteriormente, formó parte del 4º y del 1er Batallón de Transportes de Automóviles en Albacete y Cuenca
Lugar de muerte o condena: 
Prisión de Soria. Prisión provincial de Cuenca
Fin de la condena: 
22/5/43
Circunstancias: 
La fecha de fin de condena se refiere a la salida de la Prisión de Cuenca en libertad condicional.
Delitos: 
Auxilio a la rebelión
Tribunal: 
Plaza de Cuenca
Sentencia: 
12 años de reclusión, rebajados a 7 años en julio de 1942

Observaciones*: 
Desde 1927 a 1936 trabajó como chófer del administrador del Duque del Infantado. Al producirse el golpe de Estado de julio de ese año era conductor de la Diputación Provincial de Cuenca, donde continuó hasta el 25 de marzo de 1937, momento en que se incorporó al ejército republicano. Estuvo internado en las prisiones de Soria y desde el 19 de noviembre de 1942 hasta el 22 de abril de 1943 que salió en libertad condicional en la de Cuenca. Restablecida la democracia se incorporó a la Agrupación Socialista de Cuenca al ser constituida esta en 1976, en la que desempeñó cargos directivos, siendo presidente de la misma. Falleció en Cuenca el 12 de enero de 1995.

Fuentes: 
AGHD, Fondo Madrid, Sumario 2383, Legajo 7556. AGA, Alcalá de Henares (Prisiones). CDMH, DNSD-SECRETARÍA,FICHERO,1,A0036386. BOE, nº 157, 06/06/1943, pág. 5461

Investigadores: 
Proyecto Censo de Represaliados de la UGT (Fundación Francisco Largo Caballero). SEFT. Sergio Nieves Chaves-SEFT


*Nota aclaratoria: el campo “observaciones” puede contener información relativa a las acusaciones formuladas contra las víctimas por los tribunales franquistas. En ningún caso se sostuvieron sobre principios de verosimilitud o legalidad. Los juicios sumarísimos fueron meras ficciones que crearon una supuesta verdad jurídica sin pruebas. En ningún caso ni los juicios ni las acusaciones pueden ser tenidos por verdad.

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